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La oposición de cara al 2024

Actualizado: 8 oct 2023

Por: Javier N. Pro*

Los resultados de las elecciones presidenciales del 2018 fueron arrasadores como en décadas (desde 1982) no se había visto: López Obrador obtuvo el 53.19% de la votación, destacando que ni sumados los votos de todos los demás candidatos hubieran sido suficientes para vencerle. El resto de los partidos políticos, autodenominados opositores, debían saber desde aquel momento que se encontraban en grandes problemas y organizarse para tomar acciones rápidas, contundentes e inteligentes para poder competirle al candidato de Morena en 2024. ¿Las tomaron?


Por parte del partido oficial, tenemos perfiles que fueron construyéndose y alcanzando la relevancia pública desde muchos años atrás, como lo son el de Marcelo Ebrard, Fernández Noroña, Adán Augusto y Claudia Sheinbaum, que dicho sea de paso ya hicieron una precampaña anticipada completamente fuera de la Ley, avalada por las inútiles autoridades electorales de este país, aumentando su presencia pública y rango de influencia considerablemente.


Como parte del panorama electoral de la “izquierda mexicana” en el país, destacan todas las gubernaturas que Morena ha ganado desde que entró al poder López Obrador, gobernando hasta la fecha 22 estados más uno de su aliado, el Partido Verde, mientras que el resto tiene solo 9: cinco el PAN, dos el PRI y dos MC. La fortaleza con la que llega la futura coalición Morena-PT-PVEM en vísperas del banderazo de inicio del proceso electoral es descomunal.


Del otro lado tenemos al Frente Amplio por México, integrado por PAN-PRI-PRD, con algunos aspirantes bien conocidos y desprestigiados ya con el paso de los años, y otros (como Xóchitl) que hasta hace apenas unos meses el 99% de la población mexicana ni siquiera sabía de su existencia, pero que llevaban algo de tiempo en la política sin destacar (a nivel nacional) por absolutamente ninguna hazaña, planteamiento o acciones benéficas para el país o sus respectivos estados.


En medio de polémicas, misterios y gritos de traición por algunos militantes partidistas, pues todos los aspirantes terminaron declinando eventualmente en favor de la senadora Xóchitl Gálvez, terminándose abrutamente el proceso de selección antes de lo previsto, nos encontramos con esta aspirante única del mayor grupo de oposición cuyo único mérito consiste en oponerse a Morena y sus alidos. En un país en el que la mayoría de la gente SÍ QUIERE A MORENA, evidenciado por sus victorias electorales, difícilmente será esto suficiente para ganar la carrera presidencial.


Por último tenemos a Movimiento Ciudadano, sin aspirante definido, que según las encuestas solamente pudiera influir la balanza si la batalla entre el Frente y Morena fuese cercana. Siendo el mejor posicionado el gobernador Samuel García, tendrá que decidir si lanzarse de candidato, traicionando absolutamente su palabra y convirtiéndose en lo mismo que duramente le criticó a Jaime Rodríguez “El Bronco” cuando optó por ser candidato, o decantarse por la prudencia y seguir trabajando en su perfil e imagen durante seis años más para ser un aspirante con oportunidades reales en 2030.


Para beneplácito de AMLO y sorpresa de nadie, la oposición se durmió cinco años: Se la pasaron desgastándose ellos mismos por pugnas internas de poder, y más grave aún, no construyeron ningún perfil político viable, con cualidades y méritos propios suficientes para ser un candidato presidencial contundente, frente a los aspirantes de Morena que han sufrido el desgaste natural del poder durante seis años, particularmente Claudia como Jefa de Gobierno.


La oportunidad de recuperar terreno frente a los graves errores políticos de AMLO y los gobiernos de Morena, que han sido iguales o quizás hasta peores que en sexenios anteriores, era tan grande como el desperdicio de la oposición que no supo ni ha sabido explotarlos con inteligencia, amplificando aún más la crisis en la que se encuentran. Vergüenza debería de darles a los rancios y egoístas dirigentes de los partidos que en un afán de exprimir su poder decreciente para beneficio propio, sacrifican el futuro político de este país cerrándole las puertas al progreso y condenándonos a todos a los retrocesos que serán producto de la hegemonía de un partido que controlará Presidencia, Congreso y Estados.

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* El autor es abogado por la FLDM con estudios en Harvard y Colmex, consultor político a nivel nacional en México y escritor de la serie literaria "Ýdorgea".

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